La
EPA del primer trimestre de 2013 ilustra la capacidad de destrucción de empleo
que tienen la política económica del PP y las obsesiones austericidas de la
Troika. Pero no sólo. Y cuando se analizan en detalle, nos dicen muchas más
cosas.
De
entrada, conviene destacar que los datos de desempleo no son peores porque ha
caído la población activa, a consecuencia del desencanto de muchos desempleados
que han dejado de buscar empleo y ya ni constan estadísticamente como activos. Ello
es especialmente significativo entre jóvenes.
En
relación a la población ocupada, ha caído en 322.300 personas; pero lo más
grave es que lo ha hecho en todos los sectores económicos.
A
diferencia de los primeros años de crisis, en que la destrucción de empleo se
produjo sobre todo en la construcción (50% del total) y en las CCAA con más
concentración de ladrillo, en estos momentos la destrucción de empleo es ya
generalizada en todos los sectores y CCAA. Eso significa que los ajustes y las
reformas han actuado como una bacteria que ha extendido la infección inicial a
todo el cuerpo económico. Los niveles de desempleo actuales ya no tienen que
ver con el desencadenante de la crisis, sino con el agravamiento producido por
las políticas de austeridad suicida.
El
Gobierno dice ahora que nunca prometió que la Reforma Laboral creara empleo,
pero la realidad es que no se ha cumplido ni uno solo de los objetivos con los
que PP y CiU vendieron su voto favorable a la Reforma Laboral.
La
Reforma laboral no ha mejorado la estabilidad en el empleo, al contrario. La
tasa de temporalidad ha bajado, pero más a consecuencia de la destrucción
masiva de empleo temporal que del crecimiento del indefinido. En el primer año
de Reforma Laboral, los asalariados con contrato indefinido se han reducido en
118.400.
Continúa
cayendo también el empleo a jornada completa, mientras crece el de jornada
parcial, en su inmensa mayoría no voluntario, es decir: porque a las
trabajadoras que lo tienen –son mayoría las mujeres– no les queda más remedio.
Mientras
también baja el número de autónomos, sólo crecen dentro de este colectivo los
llamados trabajadores independientes o empresarios sin asalariados. En la
neolengua del PP, son los “emprendedores”, abocados a esta nueva modalidad sofisticada
de precariedad que es ser explotadores de sí mismos. Eso sí, con un nombre de
lo más sugerente: emprendedores.
Y
si relacionamos los datos de la EPA con los niveles de cobertura de las
prestaciones de desempleo que publica el Servicio Público de Empleo (antiguo
INEM), comprobaremos que el nivel de cobertura ha caído en picado. Sólo el 63%
de los parados tiene prestación y de estos cerca de la mitad reciben sólo una prestación
asistencial mínima.
Al
ver estos datos de prestaciones, retumban las palabras de Rajoy justificando la
reducción de las prestaciones de desempleo, acordadas en el Real Decreto Ley
20/2012 y en otros posteriores. Según el Gobierno, la reducción de prestaciones
tiene como objetivo promover la búsqueda activa de empleo. O sea, que al
parecer nuestro problema es que existen miles de empleos sin cubrir porque los
parados tienen un excesivo nivel de prestación social y eso les desincentiva
para ser contratados.
Como
pueden comprobar, si la imagen del bosque del desempleo produce escalofríos,
los detalles qua aparecen cuando uno se adentra en el bosque son aún más
brutales.
Y
mientras, los ciudadanos sólo reciben descalificaciones y consignas.
1 comentari:
El récord de la vergüenza http://histericapeninsula.blogspot.com.es/2013/04/el-record-de-la-verguenza.html
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